Primera parte
LEAH
Me había despertado de bastante buen humor, para ser yo,
claro. Me levanté y fui a la cocina aun frotándome los ojos. Se oía ruido de
platos y me extrañó encontrarme a Seth preparándose el desayuno, sobre todo
porque jamás tocaría un cacharro, ni por recomendación y menos a esas horas.
-Seth, ¿Qué haces? ¿Dónde está mamá?-le dije dejándome caer
en una silla aún somnolienta
-¿Tu qué crees? Acaba de irse a casa de Charlie–parecía más
animado que de costumbre- Ha llamado Jake
-¿Jake? ¿Qué quería? –puse mala cara, no sé a qué venía que
llamase a esas horas y menos aún si eso implicaba hacer madrugar a mi hermano.
Me ponía de los nervios.
-Quiere que nos acerquemos a Forks, no sé porqué. Nos espera
en la puerta del instituto dentro de una hora.
-¿Qué? –la rabia me hizo romper la tostada que tenía entre
mis manos- maldita sea…-miré con disgusto una mancha en la descolorida camiseta
que usaba para dormir- ¿Qué pintamos nosotros ahí? ¿y para que le dices que
vamos? Si quiere algo que dé explicaciones.
-Joder Leah, ¿porqué tienes que ser tan borde siempre? No
creo que nos haya llamado por nada.
-Yo que se…-di un largo sorbo de mi taza- En fin, habrá que
ir –me di la vuelta desde el quicio de la puerta- ¿qué diablos hace Jake en
Forks?
-¿A qué viene ese interés hermanita? ¿No decías hace un
momento que pasabas de todo? –alzó las cejas repetidas veces, lo estaba
esperando
-Y paso
-En media hora estamos saliendo de casa Lee-Lee –me sacó la
lengua
-Tu vuelve a llamarme eso y te juro que sabrás lo que es
bueno –salí de la cocina resoplando mientras Seth se carcajeaba a mis espaldas
Pues con razón había empezado bien el día si se había
torcido nada más empezar. Ya estaba tardando. Subí a mi cuarto con desgana, la
verdad es que debía admitir que el tema que se traía Jacob había despertado mi
curiosidad pero el instituto solo podía significar una cosa: Bella. Y
sinceramente pasaba bastante de verme envuelta en sus movidas sentimentales,
bastante teníamos que aguantar cada vez que entrabamos en fase. Y eso que
últimamente no lo hacía tan a menudo, llevaba unos días más raro que un perro
verde. Saqué del cajón lo primero que pillé: unos
pantalones cortos y una camiseta de manga corta. Me vestí y bajé a reunirme con
Seth. Llegamos a Forks diez minutos antes de lo previsto, pero Jacob ya estaba
allí. Con su habitual sonrisa de chulería, sonrisa que se borro parcialmente
por la sorpresa de verme al lado de Seth. Seguro que se pensaba que no iba a
dejarme convencer tan fácilmente.
-Hey Jake –saludó Seth
-Cachorro –contestó Jake dándole una palmada en la espalda
que casi lo descoloca- Leah
-Hola –me limité a decir
Seth se acercó a Jacob
muy emocionado por algo que yo no alcanzaba a entender –Deben estar a
punto de salir, ¿no? - le habló casi para el cuello de su camisa para que yo no
los oyera. Lo que me faltaba. Carraspee.
-Bueno, sigo aquí y eso ¿eh?
Y fue justo en ese momento. Sonó el timbre del instituto y
un tropel de alumnos empezó a salir y abalanzarse escaleras abajo. Tardé poco
en localizar a Bella, estaba con el tal Newton y sus amiguitos, los había visto
más de una vez yendo a pillar olas a la Push. Jacob se acercó a ellos, cruzó un
par de palabras con Bella y volvió con nosotros mientras yo caía en la cuenta
de la cara de idiota que se le había quedado a mi hermano mirando a una de las
amigas de Bella. Si mi memoria no me fallaba era Jessica Stanley, que
curiosamente tampoco quitaba el ojo de encima a Seth. De repente ella le hizo
un gesto con la mano y él fue detrás como un perrito. Qué ironía. No entendía
nada. Jake me frenó antes de que pudiera ir a montar el numerito y me empujó
internándonos en el bosque mientras ellos se iban en dirección contraria.
-Vale, me vas a explicar ahora mismo que está pasando y
desde cuando mi hermano se trae esas confianzas con tu amiguita y compañía
-Cálmate, Leah –sonreía, lo que aún me sacó más de mis
casillas
-No, no me calmo. ¿Esto es una broma no? ¿Qué estás
compinchado con mi hermano? ¿Me estás diciendo que me habéis hecho venir hasta
aquí para ver cómo le haces de casamentera?
-En parte –contestó como quien no quiere la cosa
-Ah, muy bien –exclamé irritada cruzándome de brazos. Jake
soltó una carcajada al verme así de enfurruñada- Me voy a casa
-No, tú no te vas.-me retuvo por el brazo- ¿No me vas a
preguntar para que más estás aquí?
-¿Acaso importa? –lo miré llena de rabia, zafándome
-Sí que importa. A mí me importa. –se puso serio y se acercó
a mí. Demasiado
-¿Qué crees que estás haciendo, Black?
Lo miré desafiante, entonces el tiró suavemente de mi brazo
y rozó mis labios con los suyos. Mi sangré hirvió, estaba demasiado cabreada y
confusa al mismo tiempo. Lo que más me dolió fue que por un momento me jodió
tener que separarme para soltarle un más que merecido puñetazo. Retrocedió poco
menos de dos pasos tocándose el pómulo enrojecido por el impacto.
-¿A qué ha venido esto? ¿Es alguna apuesta o algo? Sois
imbéciles. –me di media vuelta dispuesta a volver por donde había venido
-Lo sé todo –gritó él a mis espaldas- Me lo contó Seth
Fruncí el ceño sin volverme. ¿De qué demonios estaba
hablando? Esto era por algo, inevitablemente se me vino a la mente la última
vez que salí a cazar haría un par de días. Decidí hacerlo para despejarme,
andaba con mis rayadas mentales así que tan pronto como me aseguré de que todos
dormían en casa entré en fase y salí corriendo hacia el bosque. No sabía que me
estaba pasando, -eres idiota Leah- me decía una y otra vez. Con la repentina
epidemia de imprimaciones que estaban asolando la manada llevaba varios días
pasando demasiado tiempo con Jacob. Y eso me estaba jugando malas pasadas.
Tenía que ser eso. Contaba con que sería la única en fase a esas horas pero al
parecer no era así. Seth debió oírme marchar y salió a ver a donde iba. Y se
topó con mi maremágnum de imágenes mentales. Genial. Sacudí la cabeza y seguí
mi camino sin mirar atrás, si lo hubiera hecho habría dado una paliza a Jacob.
-¡Leah…!-me llamó.
Pero para entonces yo ya me había perdido corriendo a toda
velocidad entre los árboles
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